Hoy te quiero compartir este gran descubrimiento que he tenido de forma reciente, pues es tan potente que deseo tú también lo vivas.
Siempre he sabido que la Gratitud, la Gracia y la Alabanza son vibraciones del amor incondicional muy importantes.
Y entre ellas siempre he incorporado la Gratitud como algo imprescindible para armonizar mi cuerpo, mi mente y mis emociones.
He sentido cómo a través de la Gratitud la frecuencia vibratoria del amor incondicional se instala en mi cuerpo y balancea mi sistema nervioso central.
Practicar la gratitud se siente bien y te ayuda a sentir esa parte de celebración por la vida, aún en los detalles insignificantes.
En realidad es fácil agradecer esas pequeñas y grandes cosas del camino y cuando recuerdas tu estado de gratitud la repuesta de tu cuerpo es inmediata: se siente expansión y re-equilibrio.
Pero esto no es mi descubrimiento.
¿Sabías que la fuerza de la gratitud es mucho más poderosa cuando va más allá de reconocer los regalos y las bendiciones de tu vida?
Hablo aquí de la Gratitud Radical.
Esa gratitud que, con su presencia ante las adversidades, desarma al miedo y lo destierra. Eleva la vibración del sufrimiento y el dolor de una forma impresionante para dar paso a la sanación y liberación más potente que he conocido.
La gratitud es una fuerza sanadora.
¿A qué me refiero?
A practicar el estado de gratitud ante lo más doloroso y difícil que se presenta en la vida.
Y quiero aquí explicarme. No estoy diciendo que la gratitud es sinónimo de que algo te guste o estés de acuerdo con lo que estás agradeciendo. Normalmente así lo entendemos, pero hoy te quiero presentar el lado menos conocido y más potente del estado de la Gratitud.
Cuando por ejemplo hay algún tipo de abuso en tu vida y agradeces su presencia, NO significa que estés contenta por ese abuso o que pienses que el abuso está bien. NO.
Mucho menos significa no tomar acción inspirada para romper esa situación de abuso y ponerte a salvo y segura.
Agradecer una situación como en este ejemplo de abuso significa honrar la experiencia vivida como una oportunidad para ser sanada y transformada no solo para ti, sino para los que lo han sufrido por generaciones y para los que lo han perpetuado por generaciones.
La Gratitud en este caso disuelve le energía del abuso (o cualquier otro proceso de dolor) instalada en tu cuerpo para ser resuelta en ambas direcciones rompiendo el círculo del sufrimiento mantenido por años para toda la humanidad.
La gratitud transmuta todo lo que toca.
Mientras más agradecida estás con tu vida, sea como sea en este momento, verás más milagros venir a tu encuentro.
Atrévete a agradecer tus momentos más difíciles como parte de un proceso honesto para evolucionar tu ser a velocidades inesperadas.
Y poder hacer lo anterior no es fácil. Pero puedes ir poco a poco: Si hoy no puedes agradecer eso que duele, ponlo en manos de la Inteligencia de la Vida, y llama al Universo para usar la gratitud a tu favor en aquello que tú no puedes agraceder hoy.
¿Qué partes difíciles de tu historia podrías hoy agradecer con honestidad? Compárteme por aquí o deja tu comentario en el grupo de FB Madres evolucionando juntas.
Imelda S